La industria de la iluminación aeroportuaria ha mejorado enormemente las operaciones de los aeródromos de todo el mundo gracias a una tecnología avanzada que aumenta la seguridad y la eficacia en la pista y la calle de rodaje. Desde los primeros días en que se utilizaban lámparas incandescentes de tungsteno-halógeno para guiar a los pilotos, nuestra industria ha crecido a pasos agigantados en términos de innovación. Sin embargo, dados los hitos que la aviación ha logrado en el último siglo, muchos expertos aeroportuarios coinciden en que pocos avances han mejorado la seguridad en las pistas como la tecnología LED.

Los operadores aeroportuarios se enfrentan a muchos retos a la hora de planificar sus proyectos de infraestructuras de pistas. Un reto importante en las próximas décadas será el aumento sustancial del número de pasajeros que pasen por sus aeropuertos, que, según un artículo de Reuters, se espera que se duplique con creces de aquí a 2050. Esta situación presenta a los aeropuertos múltiples oportunidades de aumentar la capacidad de sus operaciones para satisfacer las necesidades de millones de viajeros adicionales de forma segura y eficiente. 

La iluminación empotrada (o en el pavimento) en pistas y calles de rodaje es fundamental para la estrategia global de gestión de aeronaves de un aeropuerto. A diferencia de las luces elevadas, las luces empotradas se instalan a ras del pavimento. Esta colocación minimiza los daños debidos al movimiento de aeronaves y equipos de mantenimiento, que son peligros comunes para las luces elevadas. Sin embargo, su colocación también es la razón por la que las luces empotradas suelen requerir más mantenimiento que las elevadas. Estas luminarias planas, situadas a nivel del suelo, están expuestas a la suciedad, el combustible de aviación, el líquido descongelante y otros contaminantes que pueden acumularse en la lente y deteriorar la salida de luz tanto en las pistas como en las calles de rodaje.